viernes, 11 de septiembre de 2009


La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas.
Esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza, y en tu voz, sólo un pálido adiós y el reloj en tu puño marcó las tres.
El sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa, cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosas te hace bien, tanto como hace mal, te hace odiar, tanto como querer y más.
Cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas. Cambiaste de sexo y de Dios, de color y de fronteras pero en sí, nada más cambiarás y un sensual abandono vendrá y el fin.
Y llevas el caño a tu sien apretando bien las muelas y cierras los ojos y ves todo el mar en primavera.- bang, bang, bang, hojas muertas que caen, siempre igual, los que no pueden más
se van....

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